Comienza con varias páginas en las que reflexiona sobre el arte egipcio, sobre todo destacando su aspecto anatómico.
A continuación hace lo mismo con la forma griega, deteniéndose en Fidias, Mirón y Policleto como exponentes máximos de la estatuaria. Encontramos un texto titulado “Matisse desde lejos” donde anota sus reflexiones tras asistir a una exposición celebrada en 1950 en la Galería Charpentier de París, que agrupó a artistas que habían desarrollado sus obras en los diez primeros años del siglo XX: Cezanne, Bonnard, Juan Gris, Modigliani, Renoir, entre otros. Casualmente ante uno de esos cuadros estaba Matisse en persona.
Continúa con unos textos titulados “Idea del Microcosmos” y “Los ciclos” y sobre Leonardo da Vinci para volver a incidir en las últimas páginas a la anatomía griega.